Las Flores de Bach y el origen de la enfermedad
Uno de los aspectos más notable de la terapia floral de Bach
es la búsqueda y el tratamiento del origen verdadero de la enfermedad. Cuando
nos enfermamos, normalmente buscamos un remedio rápido y eficaz para sentirnos
mejor, pero casi nunca nos ponemos a pensar en el verdadero origen de esta
enfermedad.
Por ejemplo:
si nos da gripe, normalmente lo asociamos con algo
externo, como lo es el virus de la gripe o el que nos hayamos mojado, tomado una
nieve o salido a la calle una noche en que hacía frío. Estos factores pueden
ayudar a que nos enfermemos, pero no siempre que nos mojamos o convivimos con
una persona con gripa nos enfermamos, así que debe de haber otro factor, y ése
es el factor emocional.
Cada vez son más las investigaciones que comprueban lo
establecido por el Dr. Bach: las emociones tienen un efecto profundo en nuestra
salud. No solo afectan al sistema inmunológico, sino que crean predisposiciones
a muchas enfermedades. Prácticamente a cada enfermedad se le ha asociado una
emoción negativa.
Por ejemplo:
- emociones como el odio, la envidia y el resentimiento están relacionados con enfermedades como el cáncer y la diabetes.
- Las enfermedades de la piel se relacionan con la falta de autoestima.
Es allí donde las flores de Bach muestran su valor. No solo
sirven para resolver el problema emocional, sino también la causa emocional de
la enfermedad.
Mientras algunas terapias pueden simplemente aliviar los
síntomas, las flores de Bach resuelven su verdadero origen. No por esto debe de
dejar de tratarse la enfermedad a nivel físico, pero si no se resuelve el
problema emocional, es muy probable que con el paso del tiempo el problema
físico vuelva a aparecer.
Una vez que entendemos que las enfermedades tienen su origen
en las emociones, podemos analizarnos a nosotros mismos hasta encontrar cuales
fueron las emociones que provocaron la enfermedad.
Por ejemplo:
- si tenemos gripe, podemos recorrer las emociones y experiencias del pasado que nos han llevado a esta enfermedad. Puede ser una simple tensión emocional pasajera, por aspectos familiares, escolares, o de trabajo, pero lo suficientemente poderosa como para debilitarnos lo suficiente para que la enfermedad física se presente. Una vez que tomamos conciencia de ello, es más fácil y rápido superar la enfermedad.
De esta forma, podemos entender a las enfermedades no como
castigos o errores, sino como oportunidades para superarnos emocionalmente. Lo
más deseable es que continuamente nos analicemos para conocernos a nosotros
mismos, superando así nuestras limitaciones y alzando una mejoría personal. Pero
si no nos autoanalizamos, entonces aparece la enfermedad, como si nuestro yo
interno nos dijera: “¡Oye, me estás descuidando!”
Ahora, no siempre es fácil identificar esas emociones, y
mucho menos superarlas. Entonces usamos las flores de Bach, ofreciendo al cuerpo
un estímulo adicional para superar nuestros miedos, resentimientos y traumas,
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